lunes, 15 de diciembre de 2008

A mi hermano




















Ayer vi tus ojos nublarse
cuando de nuevo tu pueblo pisabas
alguien que fue más que amigo
se fue sin decirte palabra
y eso tu no lo perdonabas.

En la amistad no manda la sangre
aunque los dos la mismas llevarais
yo sé que cual hermano apreciabas
pues sus manos tuviste tendidas
cuando de ellas tu necesitaras.

Más el tiempo que heridas curara
no dudes que hará con las tuyas
y aunque nunca su nombre olvidaras
pronunciarlo podrá tu garganta
sin la angustia que ayer demostrabas.

Cuando vuelvas de nuevo a tu pueblo
saluda a las viejas almenas
recorre lo bueno vivido
y abraza de nuevo a tu madre.

Porque el río de la vida sigue
y no hay nada que pueda pararlo
y a nosotros hermano, nos quedan raíces
en el viejo pueblito que espera
que no queramos jamás olvidarlo.

Mayo 1997

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