jueves, 11 de diciembre de 2008

Compañero de camino




















Dicen los viejos poetas
que no hay rosas sin espinas
tal vez por eso las nuestras
hayan sido tan divinas.

Dos rosas me regalaste
cuidadas con mucho amor
y aunque espinas no faltaron
siempre mandó el corazón.

Nuestra ruta no fue fácil
los problemas no faltaron
y a menudo nubarrones
sobre nosotros flotaron.

Pero seguimos andando
con ilusión no se muere
y aunque a veces tropezando
a casa.... que allí no llueve.

Espero que nuestro viaje
termine como empezó
siempre unidos caminando
de la mano y con amor.

Que algún día nuestros nietos
sepan que sus mayores
a la cumbre ya llegaron
entre cardos y entre flores

(25-09-1996)

No hay comentarios: